Fincas para comer
Trabajar en los campos japoneses con los agricultores – Japón en directo
Contenidos
La idea era clara: los alimentos portaban una fuerza, que la naturaleza desplegaba en esa época concreta del año, de la que el cuerpo no podía prescindir, so pena de perder la armonía y la buena fortuna.
La misma convicción regía el calendario de recolección de las hierbas medicinales útiles para la farmacopea popular: debían recogerse en un día concreto del año, a menudo marcado por la festividad de un santo, como San Juan (24 de junio).
Estas son algunas de las principales comidas tradicionales comunes a las distintas partes de Italia. ENERO Nueces, higos secos en la media de la Befana – Pollo hervido para la comida de Reyes – Uvas pasas, pasas sultanas, frutos secos
Massimo MONTANARI. Campesinos, señores, monjes. La cocina
¿Qué dicen los libreros de Pensieri Belli?Érase una vez el campo…Este libro recoge los sabores del campo, ligados a aquellos que, con platos pobres ligados al trabajo de la tierra, contribuyeron a crear platos sencillos pero sabrosos.Desde los sabores de la montaña hasta los que se encuentran en la orilla del mar, aquí se recogen las numerosas recetas de platos que se comen después de un largo día de trabajo.En cada página hay varias ilustraciones que hacen agradable la lectura, además de la receta clásica también están sus variantes.
LA HORQUILLA AMPLIADA DE NUESTROS ABUELOS
Tengamos en cuenta que la autosuficiencia casi completa, junto con un sentido del ahorro obligatorio, pero también sincero y vivo, era una de las características peculiares de la antigua aparcería y del medio rural.
El desayuno (“culizione”) de la mañana, en torno a las 8.30 o 9.00 horas, después de dos o tres horas de trabajo, era para el trabajador bastante sustancioso: “ova” (a menudo en tortilla) puerros, cebollas o apio en pinzimonio, “affettati” (embutidos de cerdo elaborados por la familia), queso (en las familias que criaban ovejas y lo producían ellos mismos), pan y vino.
Muchos grupos familiares se saltaban la comida del mediodía en invierno para seguir trabajando. Por la noche, la familia se reunía para cenar sobre las 6.30 o las 7 en torno a una sopa de alubias (“sui fagioli”) o garbanzos o patatas y verduras con hojaldre casero.
El arenque se sustituía a veces por -y eran de las pocas cosas que se compraban en la tienda- salacchini: pescado seco de un tamaño intermedio entre la anchoa y el arenque. Estos productos, comprados en el pueblo, eran un acompañante frecuente que daba un poco de sabor al pan y a la polenta de siempre.
El piti de Sheki, de plato campesino a exquisitez turística
A las puertas de Ferragosto, los días 13 y 14 de agosto, dos veladas dedicadas a la buena mesa y a la música -a partir de las 20.00 horas- en un periodo importante para un lugar que se tiñe del regreso de emigrantes, parientes y amigos, lejos durante buena parte del año.
“Esto es lo que nos gusta transmitir cada año, en un acto que celebra la importancia de la memoria y de compartir. Nuestra buena comida, franca y sincera, y nuestra música popular, símbolo de la cultura rural y voz que aún hoy cuenta historias y acontecimientos significativos”.